Capítulo 20: La herencia de Pedro


Solo tuvieron que apoyar un pie para notar que ese lugar era perturbador y les traía viejos recuerdos. Nunca habían estado ahí, pero Lucas y Malena lo habían visto en una ocasión el verano en el que llegaron al hogar, a través de una pantalla.
Decenas de pantallas iluminaban el estrecho espacio, cada una de ellas mostrando un cuarto diferente del hogar. Abajo, un teclado permitía acceder a un menú.
—¿Esto es…? —murmuró Estrella.
—Alguien nos está espiando —dijo Lucas con seriedad.
Malena sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral de arriba a abajo. —Pero, ¿quién?
Tan aterrado como sorprendido, Amir no pudo evitar notar algo más que solo pantallas. Sobre las paredes, habían numerosos cuadros con imágenes de una niña.
—¿Por qué está lleno de fotos de Laura? —preguntó con terror, y luego agregó: —¿Será que es ella…?

Lucas entonces recordó por qué se le hacía tan familiar el lugar. —No —refutó—, ya sé quién armó todo esto. Fue Pedro, por eso las fotos de Laura. Él nos estuvo espiando un verano completo, y tenía a Laura secuestrada acá en el hogar desde antes de que nosotros llegáramos.
—¿Y por qué está activo esto todavía? ¿La policía no lo había apagado todo? —dijo Malena.
Amir avanzó y tomó control del teclado. —Déjenme a mí.
Tecleó a través del menú e ingresó unos códigos que ninguno de los presentes comprendía. Lo miraron perplejos.
—¿Qué? ¿Les tengo que recordar de nuevo que soy un príncipe? Fui instruido en tecnología, y estoy rastreando datos sobre el software de esta máquina del horror.
—¿Qué averiguaste? —se limitó a preguntar Estrella.
—Evidentemente estaban en lo correcto, esto fue activado hace mucho tiempo y estuvo activo desde entonces. Solo fue inhabilitado por un período corto de tiempo, el cual asumo que sería cuando la policía lo descubrió, pero fue reincorporado hace unas pocas semanas.
—Con tantas palabras no entendí nada, ¿no podés repetirlo en español? —soltó Lucas.
—Quise decir que hay alguien espiándonos ahora mismo, desde hace poco tiempo. Alguien quiere saber lo que estamos haciendo todo el tiempo. Pero eso no es lo peor: la persona que está atrás de todo esto no tiene acceso físico a este lugar, sino que reenvía todos sus datos a un teléfono móvil. ¿Y saben dónde está localizado tal teléfono? En la casa de las vecinas.
—Tiene que ser Betina —dijo Lucas.
—O Pía —añadió Malena, con cierto rencor en su tono de voz—. ¿O se te olvidó que ella vive ahí también?
—No empiecen con sus peleas estúpidas —los reprendió Estrella—. Amir, ¿podés desactivar todo esto? No me gusta que me estén espiando todo el tiempo.
—¿Estás loca? —intervino Lucas— Si lo llega a desactivar, la persona que nos está espiando va a saber que la descubrimos. Tenemos que estar siempre un paso adelante de ella. O él.
—Ella —lo corrigió Malena—. En esa casa solo viven mujeres.
—Acabamos de encontrar un cuarto secreto donde nos espían —le recordó Amir—, no sabemos qué más pueden estar ocultando estas personas. Yo no descartaría la posibilidad de un hombre involucrado sin que nos hayamos enterado.
—Para mí es Betina. Pía tiene nuestra edad, no creo que sepa manejar algo tan complicado como esto —opinó Estrella, y luego se apuró a agregar—: No, ella no es una princesa como vos, Amir. Así que sos la excepción.
Él la miró con orgullo.
—Sea quien sea, tenemos que avisarle a Sole y Álvaro. Ellos son grandes, van a saber qué hacer —continuó Estrella.
—No —Lucas dio un paso al frente. —Se están por casar, no podemos arruinarles este momento. Pasaron por un montón para llegar acá, y… No, no podemos. Vamos a tener que resolver todo esto nosotros. Además, ni que fuéramos nenes.
—¿Y cómo se supone que podríamos investigar nosotros? Nadie tiene ninguna excusa para ir a la casa de las vecinas a sacar información —reflexionó Amir.
—Podría ir Lucía a disculparse con Pía por lo del otro día. Nadie sospecharía de una persona que va a pedir perdón —propuso Malena.
—Mi hermana no aceptaría eso nunca. Es más orgullosa que yo.
—Entonces deberías ir vos, Lucas —dijo Amir—. Tenés la excusa perfecta: todos acá sabemos que a Pía le interesás. Solo tenés que acercarte a ella y ganarte su confianza. Es el plan perfecto.
Todos miraron a Malena, como esperando su aprobación.
—¿Y a mí qué me miran? Yo no tengo nada que ver. Hacé lo que quieras, Lucas.
—Está bien, voy a hacerlo —aceptó Lucas—. Pero tenemos un problema más: hoy mismo viene un juez para ver si Laura decide vivir con Betina y Pía o quedarse con nosotros. Si no hacemos algo rápido, Laura va a estar en peligro.
—¿Cuánto tiempo tenemos? —preguntó Amir.
Lucas miró su reloj y, sin mediar palabra, salió corriendo del cuarto. Mientras el resto de los chicos lo seguían, se dieron cuenta de que quizás habían pasado demasiado tiempo discutiendo. 

Mientras tanto, en la dirección, Laura se encontraba sentada frente al escritorio, en oposición a Soledad, Álvaro, y el juez. A su lado, y tomándolas cada una de una mano, estaban su prima Pía y su tía Betina. O al menos eso le habían hecho creer ellas.
—Laura, ¿sabés por qué te pedimos que vengas acá? —preguntó el juez.
—Sí. Usted quiere saber si yo prefiero quedarme a vivir acá en Rincón de Luz o irme a la casa de al lado con mi nueva familia.
—Exacto. ¿Sos consciente de que a pesar de que únicamente estamos hablando de un período de prueba, es un asunto muy serio? Cuando éste finalice, tu tía Betina va a pasar a tener la custodia legal sobre vos y no vas a poder desobedecerla. Va a ser como tu nueva mamá.
“Mamá”. Esa palabra resonó en la cabeza de Laura, dejándola en silencio por un momento.
—¿Entendés de lo que estoy hablando? No es un juego —insistió el juez.
—Sí, entiendo.
—Entonces, ¿cuál es tu respuesta? ¿Querés quedarte acá, o querés irte con tu tía y tu prima?
Laura miró a Pía, a Betina, y luego a Soledad.

Un momento más tarde, en la sala principal los chicos salieron de la chimenea tan rápido que no se percataron de que sus zapatillas estaban cubiertas de polvo. Cerraron la reja tan pronto como pudieron, y enseguida se pusieron a la búsqueda.
—¡Laura! ¡Laura!
—¿Dónde estás, Laura? ¡Laura!
La puerta de la dirección se abrió, y por ella salieron todos los que estaban adentro, Laura incluida.
—¿Me llamaban? —preguntó ella.
Lucas miró a Betina con precaución. —Laura, tenemos que hablar con vos.
—Ahora no puedo, me estoy yendo. Cuando quieras vas a poder visitarme.
—¿Qué? ¿Visitarte…?
Betina se acercó a él y puso una mano sobre su hombro. Una sonrisa muy falsa estaba dibujada sobre su rostro.
—Mi sobrina aceptó. A partir de ahora se viene a vivir conmigo. ¿No te parecen emocionantes los reencuentros familiares?

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¿Qué es "Buscá la luz"?


"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.

En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.

Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.

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