Capítulo 10: La pregunta

Ninguno de los chicos podía creer lo que acababa de escuchar, pero Josefina fue la primera en hablar.
—¿Por qué querés dejarnos? ¿Hicimos algo malo?
—No, amor. Esto no tiene nada que ver con ustedes. Son cosas mías.
—No —intervino Lucas—. No son solo cosas tuyas. Nosotros hicimos de todo para que puedas quedarte, hasta te cubrimos mintiéndole a Álvaro. ¿Te acordás de Mencha? Y así nos vas a pagar, yéndote.

—Pará un poco. No te la agarres con ella —dijo Álvaro.
—Está bien, amor —respondió Soledad—. Te equivocás, Lucas. Lo que más quiero en el mundo es pasar el resto de mis días con ustedes, acompañarlos, verlos crecer… pero las cosas no son siempre como uno quiere. Yo vine acá con una misión, y mi misión ya está cumplida. Es tiempo de que vuelva con mi familia. Los de allá, los de La Boca… piensen un poco en ellos. Acuérdense de que vine acá en primer lugar dejándolos a ellos allá, tengo que volver.
—¿Y Josefina y yo, qué? —dijo Estrella, ya con lágrimas en los ojos—. ¿Y Mentiritas? Los tres vinimos desde allá para estar con vos, y ahora de nuevo nos volvés a dejar. Todos allá tuvimos la oportunidad de acompañarte esta última vez que viniste, y los que eligieron quedarse allá que se hagan cargo de sus decisiones.
—No es tan así, Estrella. Igual que aquella vez, ahora de nuevo les hago esta invitación a todos: los que quieran pueden venir conmigo a La Boca. El hogar de allá no tiene las mismas comodidades que este, ya lo sé, pero Álvaro nos va a ayudar con los gastos, así que hambre no van a pasar. Ezequiel ya dijo que se viene conmigo.
—Si Mentiritas va, entonces yo también —anunció Laura.
—No, Laura. Vos no podés irte —intervino Álvaro.
—¿Por qué no?
—Porque sos muy chica —mintió.
Antes de que pudiera desatarse una discusión entre ellos, algo sucedió:
—Yo no pienso irme a ningún lado por una traidora como vos. —Malena se puso de pie, indignada.
—No me trates así. Te aseguro que esto es tan difícil para mí como lo es para todos ustedes.
—¿Difícil? Es bastante fácil quedarse. Si te vas es porque querés y no te importamos. Pero, ¿sabés qué? A mí tampoco me importan los traidores. Por mí mudate a Saturno —replicó, y se fue corriendo a toda velocidad escaleras arriba.
—¡Malena, esperá! —exclamó Soledad, pero Malena ya había cruzado la puerta hacia el pasillo.

Mientras tanto, en la casa de las vecinas, Betina y Pía estaban deleitándose con el teléfono móvil de la mayor de ellas.
—¡Sí! ¡Esto es fantástico! —exclamó Betina. En la pantalla de su smartphone se veía y escuchaba todo lo que estaba sucediendo en el hogar.
—¿Por qué? ¿Te caía mal? A mí me va a dar lástima que se vaya, siempre me pareció una re buena mujer Soledad —opinó Pía.
—Mirá que sos lenta, hermanita. No pasa por si me cae bien o mal, pasa por el hecho de que Soledad y ese mocoso Mentiritas son los únicos que sospechan de mí. Con ellos lejos, Laura va a ser nuestra al fin, ¡y vamos a ser ricas!
—¡Tenés razón! ¡Sos una genia! Pero hay algo que todavía no entiendo: ¿Cómo hiciste para poder ver todo lo que pasa en el hogar desde tu teléfono?
—Te conté del cuarto que encontré en el túnel ese, ¿no? Bueno, lo único que hice fue instalar un streaming y sintonizarlo con una aplicación desde acá.
Pía miró a su hermana como si acabara de decirle que era un alien.
—¿Un qué?
Betina soltó un suspiro exasperado. —Un programa que graba lo que aparece en las pantallas que encontré en el cuarto que tenía Pedro en los túneles y lo manda a mi teléfono. No es tan difícil hacerlo, solo tuve que buscar información en internet. Pero no importa cómo se hace, lo importante es que estamos cada vez más cerca de completar nuestra misión. Ahora solo falta el siguiente paso…
—¿Y ese paso cuál es?
—Decirle a Laura toda la verdad. Ahora que Soledad la abandona, ¿qué mejor consuelo que el amor de su tía? Va a aceptar en un segundo, y por fin va a ser nuestra.

Varios minutos más tarde, Soledad y Lucas subían al altillo del caleidoscopio. Allí encontraron a Malena, sentada, llorando.
—Yo sabía que ibas a estar acá —dijo Soledad.
—Fue muy feo lo que dijiste. Yo también estoy enojado y mal —confesó Lucas—, pero Sole no se merece eso.
—¿Se pueden ir? Quiero estar sola.
—¿Ni siquiera te puedo acompañar yo, tu novio?
—Ah, ¿ahora querés estar conmigo? Lo hubieras pensado antes de elegir a Pía en la fiesta del otro día, traidor. Los dos son unos traidores. ¡Fuera!
—Mejor vámonos —susurró Soledad.
Ambos salieron. Lucas fue el último en bajar por las escaleras, y vio en los ojos de Malena tanto enojo y tanta tristeza que, por primera vez, comenzó a creer que estaba perdiéndola para siempre.
De vuelta en la sala principal, los chicos todavía seguían sentados frente al sillón, impactados por la noticia de la ida de Soledad. Además de Malena, había solamente alguien que se había ido.
—¿Adónde fue Álvaro? —preguntó Soledad.
Entonces, desde el borde superior de las escaleras, ahí apareció él. Malena lo escoltó hasta el último escalón, junto a Soledad, frente al resto de los chicos, quienes miraban confundidos.
—¿Qué significa todo esto? Malena, ¿ya se te pasó el enojo? —Soledad estaba sorprendida.
—Nunca estuve enojada. Fue todo parte de un pequeño plan que tuve con el cogotudo.
—¿Conmigo está todo bien, entonces? —preguntó Lucas.
—No, tu parte fue real.
—¿Plan de qué? ¿Qué es esto, Álvaro? No entiendo nada. —Soledad miró alrededor suyo, como buscando la respuesta en algún rincón del cuarto.
Álvaro se acercó a ella y la miró a los ojos. —Vos dijiste que te ibas a volver a La Boca porque allá estaba tu familia, ¿no?
—Sí, entre otras cosas. ¿Y eso qué tiene que ver?
— Hay una manera de que yo también sea oficialmente parte de tu familia, y por eso puedas quedarte acá. Hace bastante tiempo que estoy pensando en hacer esto, pero sentía que nunca era el momento indicado. La cuestión es que, con tu último anuncio, ya sé que es ahora o nunca.
—¿Qué decís, Álvaro?
Los chicos se pusieron de pie y se acercaron, expectantes. Algunos de ellos prediciendo lo que iba a suceder, otros sin tener la menor idea.
Álvaro se acercó todavía más a Soledad. Su mirada oscilaba entre el temor, la felicidad, y el enamoramiento. Parecía un niño indefenso en el cuerpo de un adulto.
A continuación se puso de rodillas y sacó un anillo de su bolsillo.

—¿Te casarías conmigo, Soledad?

2 comentarios:

  1. Ayyy que diga que siii! Aww mori con la parte en la que Lucas vio en los ojos de Malena enojo y tristeza,mis amores,ojala se arreglen pronto.

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¿Qué es "Buscá la luz"?


"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.

En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.

Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.

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