Capítulo 3: El buen vecino


Esa noche, la paz y el silencio del cuarto de Soledad se vieron interrumpidos de repente por el sonido de pisadas.
—¿Hola? —preguntó ella en voz alta. Hasta donde sabía, no había nadie en su cuarto aparte de ella, que estaba sentada en su cama leyendo un libro.
Volvió a escuchar otro sonido de pasos, esta vez un poco más lejos. Alertándose, se puso de pie y se desplazó por el espacio.
—¿Quién anda ahí? —Su voz comenzaba a temblar. ¿Podría haber un delincuente en Rincón de Luz, y más precisamente en su dormitorio? Era poco probable, pero tomó el farol de mano de «No dejes de buscar», que descansaba en su mesita de luz, por si acaso debía utilizarlo para defenderse.
En la zona que su lámpara no llegaba a alumbrar, llegó a ver una sombra algo difícil de distinguir… ¿era una niña?

Álvaro atrapó su atención ingresando por la puerta.
—Pasó algo, tenés que bajar —dijo.
Soledad volvió a mirar hacia el lugar donde había encontrado la sombra: ya no había nada.
—Está bien, ahora voy.
Al bajar las escaleras se encontró con varios de los chicos reunidos en la sala principal. Al lado de Úrsula había uno que no pertenecía al hogar; era un chico que Soledad no había visto nunca antes, pero que él sí conocía y había intervenido en la vida de ella… para mal.
—Úrsula quiere que este chico sea parte del hogar —explicó Álvaro.
—Lo vas a dejar que viva con nosotros, ¿no? —preguntó Mentiritas.
—¡Sí! ¡Por favor! —insistió Mateo—. ¡Acá son casi todas chicas, necesitamos un varón más!
Soledad observó a Jaudín convertido en humano. Sus cejas desprolijas y su mirada gruñona daban la sensación de que no era una persona de fiar.
—¿De dónde venís? —le preguntó.
—Se llama Guillermo —contestó Úrsula por él—. Es un viejo amigo de la infancia, y estuvo viviendo en la calle mucho tiempo pero ya no aguanta más. No tiene padres.
En realidad, técnicamente nada de eso era mentira. Jaudín había sido amigo de Úrsula desde casi toda su vida, en el mundo mágico casi nadie tiene padres, y había estado viviendo en la calle varios días.
Soledad la miró con poco convencimiento.
—¡Decí que sí, Sole! ¡Así tenemos alguien con quien jugar! —suplicó Mateo junto con Mentiritas.
Úrsula le dio un codazo disimuladamente a Guillermo. Este dio un paso al frente, puso su mejor cara triste, y dijo—: Por favor, señora directora. No tengo otro lugar a dónde ir. Estoy solo en el mundo, Úrsula es mi única amiga.
—Bueno, está bien —cedió Soledad—. Bienvenido a Rincón de Luz.
Todos festejaron; pero mientras regresaba a su cuarto, Soledad no pudo evitar pensar que a lo mejor no fue una casualidad que haya visto la sombra de una niña el mismo día en que Guillermo ingresaba al hogar.

En el pasillo de los cuartos, Lucas y Malena habían decidido alejarse del grupo para tener algo de tiempo a solas. Él se acercó para besarla, pero ella alejó su cara, enojada.
—¿Qué te pasa? —preguntó él.
—¿Por qué no le vas a dar besos a Pía, mejor?
Lucas sonrió como si Malena hubiera contado un chiste. —¿Estás celosa?
—No. Pero te vi cómo la mirabas el otro día. Es obvio que te gusta.
La tomó suavemente por el mentón, acercando sus caras.
—Sos muy linda cuando te ponés así… pero te equivocás. La única chica que me gusta sos vos, y eso va a ser siempre así.
—¿Seguro? —preguntó ella, desconfiada.
—Sí —respondió él, besándola.
Cuando se separaron, Lucas volvió a reír.
—¿Tanto tiempo te vas a reír de mis celos?
—No es eso —explicó—, lo que pasa es que ahora sabés cómo me sentía yo con Amir el año pasado.
—Si vos te llegás a quedar en un bosque solo con Pía, me muero.
En ese momento salieron del cuarto de las chicas Estrella y Pía.
—¡Hola! —los saludó la vecina—. No los había visto en todo el día.
—¿Por qué no vinieron a tomar el té con nosotros? —preguntó Estrella—. Pía justo se estaba yendo. La estaba por acompañar a la puerta.
—Estábamos ocupados —respondió Malena apresuradamente, evitando que Lucas pudiera decir cualquier cosa.
—Igual no se preocupen, ya va a haber oportunidad. Estrella y yo tenemos muchísimo en común —anunció Pía—, así que vamos a empezar a vernos muy seguido. Qué bueno, ¿no?
—Sí, buenísimo… —Malena hizo fuerza para evitar disimular su molestia.
—Bueno, me tengo que ir a mi casa. Nos vemos en estos días, chicos.
Pía saludó a Malena, y luego a Lucas. Cuando lo saludó a él, Malena hubiera jurado que lo miró y besó su mejilla mucho más lento que lo necesario… como intentando seducirlo.
Mientras la veía avanzar por el pasillo, sintió que la sangre le hervía.
—Es re buena onda la nueva vecina, no sé por qué te molesta tanto, la verdad —dijo Lucas.

—Sí, claro —concluyó Malena, regresando a su cuarto y dejando a su novio a solas.

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¿Qué es "Buscá la luz"?


"Buscá la luz" es una historia llena de magia, amistad, amor, y solidaridad.

En ella tanto adultos como chicos aprenden a lidiar juntos con los problemas diarios y terminan por entender que el secreto para una mejor vida se esconde en el niño que cada uno de ellos lleva dentro.

Basada en la exitosa telenovela "Rincón de Luz", una idea original de Cris Morena.

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